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Personas comprometidas con la igualdad social y de género.
https://www.youtube.com/watch?v=nWP5cyOiITg&t=5s
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https://www.elsaltodiario.com/opinion/feminismo-clase-lucha-hegemonia-cultural
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Montse Aguilar tenía 51 años. Barrió durante siete horas el centro de Barcelona con temperaturas superiores a los 35 °C. Con turno partido, un uniforme que no transpira, calambres y dolor en el pecho. Mandó un WhatsApp que decía: "Perdón por no contestar antes, es que he tenido una tarde muy mala, pensaba que me moría". Esa misma noche, se desplomó en su casa y murió. FCC, la empresa concesionaria, ni apareció por el tanatorio. El Ayuntamiento dijo que no había nada que investigar.
Sus compañeros llevan tiempo avisando de la dureza de las condiciones, pero la empresa siempre ha hecho caso omiso.
Esto no es un accidente. Es un modelo laboral letal. Un sistema que subcontrata, explota y abandona. Que firma protocolos de papel mojado y luego te sustituye como si fueras basura. La muerte de Montse no es una excepción. Es la consecuencia directa de un sistema donde parar por salud puede salirte caro.
Publicado: https://www.instagram.com/literatura.o.barbarie?igsh=eTczOXNldGRobnV6
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❗️ 9 de cada 10 muertes en Madrid por la reciente ola de calor se atribuyen al cambio climático.
El cambio climático estuvo detrás de casi 400 muertes en Madrid y Barcelona ocurridas durante la primera ola de calor del verano, según un estudio de atribución rápido.
“Este estudio pone de relieve un hecho simple: quemar más petróleo, carbón y gas matará a más personas”, denuncia la doctora Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima en el Centro de Política Ambiental del Imperial College de Londres y responsable del World Weather Attribution.
https://acortar.link/pwevax
https://agenciapresentes.org/2025/07/09/la-historia-de-xaneri-ser-muxe-resistir-y-florecer/
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LOS BEBÉS DE GAZA SE MUEREN DE FRÍO EN UNA INCUBADORA COMPARTIDA
Cuatro recién nacidos amontonados en una sola incubadora. Veintidós más esperando en una sala sin luz. Personal sanitario operando con linternas. No es un hospital de campaña en un país en guerra. Es la cotidianidad planificada del genocidio en Gaza.
La ONU advierte: los hospitales palestinos se están quedando sin combustible, sin piezas de repuesto, sin oxígeno, sin vida. No es un accidente. Es una estrategia. La ocupación no solo mata con bombas. Mata con el apagón, la espera, el colapso. El mismo Estado que bombardea centros médicos bloquea ahora la entrada de combustible para los generadores de emergencia. Y luego se atreve a hablar de "proporcionalidad".
En el Hospital Al-Ahli, un médico publica la imagen de cuatro bebés prematuros respirando juntos, como si el útero del mundo no diera ya para más. Mientras tanto, el Hospital Al-Shifa anuncia que cerrará en tres horas si no recibe combustible. Más de 20 bebés podrían morir hoy. No por complicaciones médicas, sino porque alguien en Tel Aviv firmó una orden para cortar el suministro.
Esto no es una crisis humanitaria. Es un crimen sistemático. Y mientras tanto, los gobiernos europeos guardan silencio, los medios titubean, y las empresas siguen haciendo negocios con el asesino. Desde Microsoft hasta Hyundai. Desde Booking hasta Elbit. El engranaje de la muerte tiene nombre, sede fiscal y cotiza en bolsa.
¿Qué democracia permite que niños mueran en incubadoras compartidas mientras se negocian tratados de libre comercio con su verdugo? ¿Qué humanidad hay en quienes calculan la presión diplomática como si la vida de un bebé fuera una variable menor en la geopolítica?
Médicos Sin Fronteras ya no habla de ayuda. Habla de basta. Habla de alto al fuego inmediato, fin del asedio, justicia internacional. Porque esto no es ayuda: es complicidad. Y cada hora que pasa sin actuar, sin romper relaciones, sin sancionar a Israel, es una hora que acerca la muerte a una cuna que ni siquiera puede llamarse así.
Lo están haciendo delante de nuestras caras. Y lo están haciendo porque creen que no nos va a importar.
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✊🏽 Difunde. Que no se borren. Que no los borren.
La hipocresía de la sangre pura
Hay algo especialmente repugnante en quienes abanderan una política de exclusión que no podrían soportar si se aplicara con rigor. Vemos a Hermann Tertsch, a Rocío de Meer y a Ignacio Garriga, dirigentes de Vox, una formación que propone deportaciones masivas bajo el eufemismo siniestro de la "remigración". Y sin embargo, ellos mismos tienen orígenes extranjeros o familiares directos que, bajo sus propios criterios raciales o nacionalistas, podrían haber sido considerados sospechosos, indignos, expulsables.
La doble vara no es accidental. Es estructural. Es parte del fascismo: el poder para decidir quién merece quedarse y quién debe marcharse. Pero cuando esa potestad se la arrogan quienes no serían aceptados en su propio esquema, el esperpento roza el paroxismo. Garriga, hijo de padre africano. Tertsch, con ciudadanía austríaca. Smith, apellidado como un coronel británico de ultramar. Todos ellos son los rostros del nacionalismo excluyente. Todos ellos, en cualquier otro contexto histórico parecido al que desean imitar, estarían fuera del país que dicen querer proteger.
La “remigración” no es una política. Es una coartada para legitimar el odio. Una manera de dar forma legal al capricho de expulsar al diferente. Y aquí está el verdadero fondo del asunto: no se trata de extranjería, se trata de obediencia. No es el pasaporte lo que molesta, sino el desacuerdo. Lo extranjero no es el origen, sino la disidencia. Por eso Garriga puede mantenerse. Por eso Tertsch es tolerado. Porque no se trata de linaje, se trata de sumisión al discurso de guerra cultural de la extrema derecha.
La ultraderecha siempre ha sabido usar a peones con identidades contradictorias para enmascarar su racismo. Es una táctica vieja. Poner a mujeres a justificar el machismo. A migrantes, a defender la deportación. A homosexuales, a abominar del "lobby gay". La reacción se sirve de rostros amables o minoritarios para lavar su mensaje. Lo llamaron ‘tokenismo’, lo llamaron ‘diversidad estratégica’. Pero sigue siendo lo mismo: manipulación y traición a las propias raíces.
Hay que decirlo claro: la remigración es una forma contemporánea de limpieza étnica encubierta. Una amenaza colectiva disfrazada de orden administrativo. Y quienes la defienden desde dentro, como los mencionados, han elegido su bando a costa de su propia historia. No hay mayor violencia simbólica que negarse a uno mismo para sobrevivir políticamente.
Que nadie se engañe. Si mañana España fuera regida por un régimen puramente racialista como el que Vox insinúa, sus propios dirigentes serían los primeros en tener que justificar su existencia. Y no lo harían con argumentos, sino suplicando perdón, exhibiendo su lealtad, delatando a los demás. Porque eso es lo que hace el fascismo: construye una nación de delatores, no de ciudadanos.
Mientras tanto, lo importante no es su origen, sino su discurso. Y su discurso es el del odio, la mentira y la exclusión. Que nadie mire su pasaporte. Miremos su programa. Miremos lo que hacen. Y lo que hacen es devastador. Aunque lo hagan en castellano perfecto, aunque tengan nombres británicos o raíces austríacas. Aunque parezcan españoles por fuera, dentro llevan la semilla del totalitarismo más rancio.
No basta con señalar la contradicción. Hay que desmontar la estructura entera que permite que esa contradicción se convierta en poder institucional. Porque mientras discutimos sobre apellidos, ellos siguen construyendo su país ideal: sin memoria, sin mezcla, sin dignidad.
Y eso —eso sí— nunca lo reconocerán. Porque implicaría reconocerse también a ellos como extranjeros. Como intrusos. Como los otros.
dame un poco de cobijo
en ti
soy inmigrante
PAULA ARCILA JARAMILLO
Publicado: Publicado: https://www.instagram.com/literatura.o.barbarie?igsh=eTczOXNldGRobnV6
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#EnPositivo | 5 tips -y uno extra- que nos muestran que no todo está perdido. (Dedicado a Anetxu 😉)
1. Aunque los informes insistan en que el tiempo se agota, las comunidades autogestionadas nos recuerdan que el presente sigue siendo fértil. Allá donde el mercado arrasa, hay huertas colectivas que reverdecen, asambleas que se cuidan y barrios que se reconstruyen desde abajo. No hacen ruido en los telediarios, pero son semillas de futuro. La naturaleza necesita salvadores, pero también necesita manos que siembren sin miedo, y ahí el activismo ecologista es fértil.
2. Ser clase trabajadora no es un castigo, es una condición compartida. Y por eso mismo, tiene sentido, fuerza y orgullo. Cuando dejamos de sentirnos solas y solos y empezamos a sabernos parte de algo mayor, la precariedad ya no es destino, es trinchera. Juntos, no hay patrón que valga. Juntas, no hay despido que nos arrase.
3. El feminismo no solo ha venido a cambiar las leyes, sino a transformar los afectos. Nos ha enseñado a cuidarnos sin pedir permiso, a amarnos sin pedir perdón y a rebelarnos sin sentir culpa. En un mundo que castiga a las que sienten, atreverse a sentir es el acto más revolucionario.
4. Ningún ser humano es ilegal. Ningún niño merece crecer con miedo a ser expulsado. Y sin embargo, en la frontera hay más humanidad en un abrazo que en toda una cumbre de ministros. Frente a la máquina de deportar, hay redes, hay refugios, hay pueblos que no olvidan de dónde vienen.
5. Nos dijeron que la juventud era apática, pero están en cada encierro por la vivienda, en cada marcha por el clima, en cada red de apoyo mutuo. Esta generación no está perdida: está buscando otra forma de vivir. Y está dispuesta a construirla con rabia, alegría y memoria.
📌 TIP EXTRA
Mientras las potencias extranjeras saquean recursos y siembran caos, Ibrahim Traoré construye soberanía en Burkina Faso. Nacionaliza minas, expulsa militares franceses y apuesta por una juventud empoderada. No es carisma: es dignidad en combate. África no necesita salvadores, necesita justicia. Y Traoré, con todas sus contradicciones, ha encendido una mecha.
EXPERTO en TÓXICOS explica el PROBLEMA de la INDUSTRIA TEXTIL | Doctor N...
https://youtube.com/watch?v=757IQcD0aTo&si=kbUwWXFgQDTcHBOc
https://www.sensacine.com.mx/noticias/noticia-1000153842/
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https://www.feminacida.com.ar/volvio-el-algo-habran-hecho/
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https://www.elsaltodiario.com/mirada-rosa/igual-un-escenario
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‼️ 60.000 FIRMAS YA
Acción Contra el Odio denuncia ante la Fiscalía del Tribunal Supremo a Abascal por un delito de incitación al odio contra el colectivo de personas migrantes
🔗 Firma aquí: https://actionnetwork.org/forms/firma-para-apoyar-la-denuncia-de-aco-contra-abascal-por-incitacion-al-odio?clear_id=true&utm_campaign=aco-firma-denuncia-abascal&utm_medium=email&utm_source=acumbamail
🙌 Ayúdanos a impulsar la denuncia y hacerla llegar a la mayor cantidad de gente posible aportando tu firma en este formulario y difundiendo entre tus contactos.
Un cajón que no se abre
es un cajón que no se abre.
El resto corre por mi cuenta.
CLARA MUSCHIETTI
Las cosas que importan
Las cosas que importan
no tienen ortografía,
ni orden
ni aritmética.
No son sumas exactas
ni elecciones conscientes.
Las cosas que importan
se guardan para ese rincón
de las cosas que importan.
Para volver a ellas,
o no.
Para que alguien las encuentre.
Para verlas
cuando vuelven a suceder
cosas que se parecen
a las cosas que importan.
Las cosas que importan
no son de algoritmos,
son hilos de piel,
son de carne y agua,
de tiempo suspendido,
congelado,
de tiempo vivo.
Las cosas que importan
tienen cosas vivas
que no mueren nunca,
porque
son
cosas
que
importan.
Lina Botero