¡Terminó el juego!
El resultado es:
El agua del río Miel refleja las piedras del fondo, los destellos ámbar de las piedras de cobre refulgen cuando el sol los toca. Yo te miro a los ojos y pienso que quizás por eso tiene ese color de resina. Siempre buscando el sinsentido de saberte presente en la ausencia que golpea cada poro de un cuerpo sumido en el dolor Enciendo este cigarro ansiolítico y me sirvo un trago análgésico Para aliviar este enrendo de nostalgias y adoquines que me supuran del pecho.
Los nombres no son palabras de un lenguaje conocido.
Son secretos escondidos detrás de unos ojos grises.
No existen si no los dices.
Son el rostro de un sonido. o de un beso. En la salida del túnel vive un arbolito pequeño repleto de bugambilias malvas; yo quiero hacer poesía pero no dejo de pensar en ese arbolito diminuto de bugambilias malvas Olor de fruta madura en aire, el viento trayendo hasta mi cuerpo el recuerdo de tu piel, y otra tus ojos. Devorar la vida junto a tu carne y sangre, saciar la sed marina inconmensurable que no me abandona Hoy seguramente no podré dormir. Ese único recuerdo me lo impedirá. Ese deseo de volver a vivirlo... El miedo desencaja la mandíbula y en la foto queda torcida. El miedo despeina y pone zancadillas. Pero caer no es paralizarse. Es no morir. Lo descubrí de pura casualidad demasiado tráfico, asfalto, gentío, demasiada tristeza, sin embargo el arbolito perfectamente podado existe y este cadáver moribuno solo podrá sellarse en sagrada sepultura cuando cada uno de los involucrados se acerque a la salida del túnel y lo observé repleto de bugambilias malvas...